sábado, 13 de septiembre de 2014

PAZ Y JUSTICIA EN EL MUNDO DE HOY

PAZ Y JUSTICIA

La tradición bíblica relaciona la paz con la justicia. El amor y la justicia son los principales atributos de Dios. El Reino de Dios es un mundo donde reinan el amor y la justicia.
¿Es posible alcanzar la paz en un mundo donde por todos lados se ven tan atroces injusticias?
El creyente pone entonces su esperanza en Dios y a través de oraciones reclama a Dios la paz. Pero éstas no parecen ser escuchadas y entonces nos llenamos de decepción y desesperanza. Dios no nos escucha. Dios no interviene para cambiar las cosas. Jesús en la cruz también sintió ese abandono, algo muy humano. Pero debemos tener presente que Dios siempre está a nuestro lado ayudándonos a poner nuestro granito de arena en la vida para que se haga justicia. Nosotros somos las manos de Dios, Él interviene en la historia pero a través de nosotros. Y nosotros somos libres de aceptar su desafío o no.
El Padre Nuestro, bien entendido, es una magnífica expresión del creyente intentando superar la situación de abandono, recurrimos a nuestro Padre y nos sentimos entonces hermanos de todos sin excepción, le pedimos que venga su Reino y por ende nos comprometemos a trabajar para que ese Reino de amor sea posible, y al pedir el pan de cada día le pedimos el pan para todos y así nos comprometemos también a trabajar para que todos tengan su pan como hermanos.
El camino de la paz es difícil pero no imposible si seguimos a Jesús. Ante la desesperanza volver al Padre de todos, tener fe en el Reino que ya está operando en varios lugares y tenemos que abrir bien los ojos y el corazón para verlo, y ponernos a trabajar para nuestro pan en la construcción de una sociedad más justa.

Ideas extraídas del libro de José Arocena, Buscando a Dios en el siglo XXI, Trilce 2014

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