martes, 12 de mayo de 2015

PENTECOSTES

Hemos recibido un espíritu de hijos que nos hace clamar: "¡Abba! Padre" (Rom 8, 15). Y porque este espíritu está alrededor, somos capaces de vencer a los miedos de cada día. Somos capaces de perdonar en un mundo que tanto necesita la reconciliación. Y somos, como los apóstoles, capaces de vivir llenos por dentro y lanzados hacia fuera. De esto se trata.

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