jueves, 6 de agosto de 2015

CADA UNO DETERMINA Y ASUME SU PROPIO DESTINO

Dios es aquel que siempre calla desde el principio del mundo(Miguel de Unamuno)
9 de agosto, La Transfiguración
Mt 17, 1-9
Señor, ¡qué bien se está aquí! Si te parece armaré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Pedro quiere frenar en seco al imparable camino de la vida. Y le pide a Jesús si le parece bien que levante tres tiendas. ¿Ignora el vehemente apóstol la vocación de Abrahán, la de Jesús, la del hombre, la de todas las cosas? Esto es ponerle palos en las ruedas al camino e impedirle llegar a su destino.
Nuestro compromiso no es nunca con Dios, por más que brille el sol sobre la cima del Tabor, es siempre con el mundo. Lo puedo realizar no siendo como Dios ni como Jesús ni como Buda, sino siendo como yo mismo. ¿Cuántas veces cruza Jesús nuestro camino y no le vemos? Estar exclusivamente centrados en nuestro problema nos lo impide. Cuando era pequeño, cuenta el genial artista malagueño, mi madre me decía: si te haces soldado, llegarás a general; si te haces cura, llegarás a Papa. Yo quería ser pintor y he llegado a Picasso.
Dios elige a los suyos –al menos eso cuenta la Biblia- para culminar algún proyecto. A Noé para salvar del diluvio a sus criaturas, como lo grabó Gustavo Doré en El Diluvio. A Abraham para constituirle padre de su pueblo, como le pintó El Tiépolo con los tres ángeles.Aunque lo cierto es que Dios no elige a nadie y cada uno determina y asume su propio destino. Es el Dios interior que hay en nosotros, quien con nosotros –y nosotros con él- lo decidimos.
Como Buda, que hace 2.500 años dijo:“Nadie nos salva sino nosotros mismos. Nadie puede y nadie debe. Nosotros mismos debemos transitar el camino”“Dios es aquel que siempre calla desde el principio del mundo”escribió el docto Rector de Salamanca, pensador y poeta. En definitiva, para qué necesita hablar si, como se dice en la película Lucho, vives en el pueblo, sobre Luis Esquival Camps: “Para qué tener que buscar a Dios en el misterio, cuando está ahí tan patente en la vida misma”.

Vicente Martínez

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