viernes, 23 de febrero de 2018
PERDÓN Y RECONCILIACIÓN
Viernes 23 de febrero de 2018
Ez 18,21-28: Dios quiere que el malvado se convierta
Salmo 129: Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Mt 5,20-26: Reconcíliate con tu hermano
Para Jesús, los letrados y fariseos no son personas malas, solo incoherentes, hasta la hipocresía misma. La aclaración es necesaria porque en ocasiones, nuestras actuaciones son semejantes a la de ellos. Hay personas que dicen que tienen su conciencia tranquila porque nunca han matado, robado, fornicado, ni incumplido los mandamientos. Pero cuando comenzamos a preguntar por la violencia verbal que humilla al hermano, por la ambición que explota al prójimo, por la indiferencia ante los problemas del mundo.., la conciencia se pone intranquila. Jesús quiere que sus discípulos entiendan que los pecados no se miden por su tamaño sino por el impacto dañino en la fraternidad, la justicia y la convivencia humana. No es posible llamarse cristiano y agredir con violencia física o verbal al hermano; no es comprensible ser cristiano y discriminar al otro por su raza, género, orientación sexual o situación social; no es coherente ser personas de oración o asistencia asidua a la eucaristía, si sellamos nuestro corazón para impedir que entren el perdón y la reconciliación. Jesús pide coherencia de vida y conversión de los pecados.
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